J. FÉLIX MACHUCA

Estaban exhaustos. La travesía había sido larga, fructífera a la altura de Tiro y arriesgada en Chipre donde completaron la carga con buen vino, cerámicas y bronces LINGOTES DE COBRE , EL ESTAÑO EN CASA . El barco, de una sola vela y propulsada por remeros esclavos , había superado las Columnas de MELQART Hércules, el templo de Melkart en Cádiz GADEIRA y, ahora, impulsado por el suave viento de la alta primavera del suroeste peninsular, se adentraba en el manso oleaje del lago tartéssico LIGUSTINUS . Blytn y Bdbl, dos mercaderes de Spal, reflejaban en sus rostros el trabajo de tan largo viaje, pero respiraban tranquilos al verse sanos, salvos y un poco más ricos que dos meses atrás. Pronto verían desde la nave el santuario DES ASTARTE del Carambolo. Allá, en el cabezo aljarafeño, antes de partir hacia los puertos de Fenicia, le habían prometido a Astarté un ex voto de la diosa en bronce si el negocio se cerraba con su bendición.

A la altura de San Juan de Aznalafarache, nuestros dos mercaderes, avistaron el santuario del Carambolo. Era un edificio potente, prestigioso, tan fuerte como el pueblo que lo había levantado para convertirlo en el centro de poder del mundo TIRIO tartéssico de LA DESEMBOCADURA DEL esta parte del Guadalquivir y que saludaba por su colosalismo a los marineros en su tornaviaje. Ambos comerciantes habían visto uno muy parecido en tierras siriopalestinas EL PAIS DE CANANAN , aunque éste les llenaba de orgullo local y de una infinita sensación de seguridad. Les hacía recordar sus primeras fiestas primaverales, a la altura del solsticio de verano, cuando de la mano de sus padres recorrían el templo y veían sacrificar bueyes enormes de color rojo como los atardeceres de Poniente. Aquellos recuerdos coloreaban sus fantasiosos mundos infantiles con imágenes de mercaderes de otras tierras que se daban cita por tan largos y cálidos días en el Carambolo que, claro que sí, era la síntesis del mundo conocido, con lenguas lejanas que juraban en hebreo ? , chipriota, ??? persa y dialectos de la gente del Nilo ??? . DURANTE S VIII imposible


Contemplarlo una vez más desde el barco significaba que todo había ido bien. Que Astarté había protegido a los comerciantes durante el largo viaje y también la salud del negocio.



Ver el Carambolo después de un viaje tan arriesgado significaba todo esto. Por eso, a la altura de San Juan de Aznalfarache, ambos socios se fundieron en un largo y prolongado abrazo. Los remeros, por su parte, comenzaron a golpear con sus manos los bancos de bogar en señal de una inmensa alegría. Spal, Coria, Alcalá del Río conformaban el mundo tartéssico C ANANEO de esta secuencia del curso fluvial del Guadalquivir. Y parece ser que el santuario del Carambolo vertebraría la vida de estos enclaves coloniales dependientes de Tiro. En el santuario, con sus más de dos mil quinientos metros cuadrados de planta, no sólo se rezaba. También se consultaban, previo pago, a los sacerdotes sobre las rutas marítimas más idóneas y sobre los mapas estelares más ajustados para no perderse en las noches de cabotaje. Blytn le recordó a Bdbl que estaba deseando desembarcar en el muelle de Spal para ver a su familia y cumplir con la palabra entregada a la Estrella (es lo que significa Astarté) del Carambolo. Su socio le guiñó un ojo con cierta complicidad.

Sabiendo lo que disfrutaba en el templo viendo a las bailarinas de los crótalos y relajándose con las SACERDOTISAS EN HELENO HIERO-DOULAS prostitutas sagradas que tan generoso servicio prestaban a los marineros. Servicio de sauna, por otra parte, usual en la época, como se recoge en los testimonios escritos de la Biblia. Josias, sin ir más lejos, destruyó la casa de las prostitutas sagradas «que estaban en el templo de Jerusalén tejiendo velos para Aserá», como explican los arqueólogos del Carambolo Álvaro Fernández y Araceli Rodríguez en su libro «Tartessos desvelado».

En realidad, el santuario del Carambolo, era el núcleo duro del poder de la metrópolis sobre el mundo colonial que cohesionaba. Los sacerdotes no sólo sacrificaban bueyes rojos y ponían a Baal por testigo de que los comerciantes no pasarían calamidades en sus travesías. También les proporcionaban asesoramientos agrícolas a través del calendario solar y los pilotos recibirían en el templo las informaciones precisas para iniciar sus viajes. Por tanto estamos ante los propietarios de la información vital de la colonia. Los dueños de la ciencia del mar, de la agricultura, de los secretos de la religión y los «cascos azules» que garantizaban la neutralidad del templo para que los acuerdos comerciales pudieran alcanzarse. Además, eran la conexión política de la colonia y la metrópolis, a la que anualmente se le enviaba un pago de dependencia. Todo este mundo se vino abajo cuando los asirios comenzaron a hostigar a las ciudades fenicias seiscientos años antes de Cristo.

Pero aún falta mucho tiempo para que Tartessos rompa su dependencia colonial. Y cuando Blytn y Bdbl graban su ex voto a la diosa Astarté, El Carambolo es un santuario en plena pujanza que vive, en el solsticio de verano, sus fiestas primaverales más espectaculares. Los escarabeos egipcios y los huevos de avestruces africanos que han traído en su viaje comercial han durado poquísimo en el mercado del templo. Se han vendido por diez veces su valor original. Están felices y a Blytn se le ve danzar con una joven bailarina a la que le obsequia con exquisito y carísimo vino chipriota que ha traído en su viaje. Bdbl sonríe. Pero retrasa unirse al sarao porque quiere cumplir con la promesa. No lejos del templo, un fundidor realiza en bronce bellísimos exvotos de Astarté. Bdbl compra uno y le hace grabar a sus pies su nombre y el de su socio. Unos dos mil ochocientos años después, Antonio Luque, vecino de Camas, lo encontrará por las inmediaciones del Carambolo, como una Estrella errante que alguna vez alumbró aquel viaje tan fructífero y la oscura noche de la historia de Tartessos.

Fuente: J. FÉLIX MACHUCA, ABC Sevilla, 21 de junio de 2007
Enlace: http://sevilla.abc.es/20070621/sevilla-sevilla/fiestas-primaverales-tartessicas_200706210310.html