miércoles, 19 de diciembre de 2007

LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA



Tolomeo, uno de los generales exitosos de Alejandro, se había consolidado como rey del Egipto conquistado, donde se lo conocía como Tolomeo I Sóter. Éste invitó a Teofrasto a hacerse cargo de la educación de su heredero. Teofrasto rechazó la invitación (297 a.C.) y recomendó en su lugar a Demetrio.

Fue Demetrio de Falera quien sugirió a Tolomeo I Sóter la idea de establecer un gran centro de investigación en Alejandría con una biblioteca importante ligada a él, al que se debía llamar "Museo". La fecha precisa de la fundación de estas dos instituciones no es conocida pero es probable que Sóter iniciara la obra en 290 a.C. y que luego la tarea fuera completada por Tolemeo II Filadelfo, porque es bien sabido que la Biblioteca y el Museo alcanzaron su máximo esplendor durante el reinado de Filadelfo.

La primera mención de la Biblioteca que ha quedado registrada se encuentra en la Carta de Aristeas (180-145 a.C.), estudioso judío que escribió crónicas sobre la traducción del Viejo Testemento al griego por setenta y dos rabinos. Según él, “este trabajo había sido encargado por el ateniense desterrado Demetrio de Falera, a quien patrocinaba Tolemeo Sóter”.

Demetrio de Falera Ejerció su influencia sobre los dos primeros reyes tolemaicos para que éstos decidieran convertir a Egipto en el centro cultural del mundo antiguo y a Alejandría en la capital de las Ciencias, las Artes y la Filosofía. Según Aristeas, Demetrio recomendó a Sóter reunir una colección de libros acerca de la monarquía y el gobierno —del tipo de los escritos sobre filósofos-reyes de Platón—, además de libros de autores de todo el mundo que le pudieran servir para entender mejor los asuntos de la política y el comercio. La estrategia de Demetrio consistía en traer escritores, poetas, artistas y científicos de todas partes a Alejandría para enriquecer el Museo y la Biblioteca. El Museo fue el centro de estudios más grande de los tiempos antiguos y el primer instituto científico que registra la Historia. La Biblioteca fue la primera en su tipo de carácter universal

Ptolomeo I encargó al poeta y filósofo Calímaco la tarea de la catalogación de todos los volúmenes y libros. Fue el primer bibliotecario de Alejandría. En estos años las obras catalogadas llegaban al medio millón. Unas se presentaban en rollos de papiro o pergamino, que es lo que se llamaba volúmenes, otras en hojas cortadas, que formaban lo que se llamaba tomos. Cada una de estas obras podía dividirse en partes o libros. Se hacían copias a mano de las obras originales, es decir ediciones, que eran muy estimadas, incluso más que las iniciales, por las correcciones llevadas a cabo. Las personas encargadas de la organización de la biblioteca y que ayudaban a Calímaco rebuscaban por todas las culturas y por todos las lenguas conocidas del mundo antiguo y enviaban negociadores que pudieran hacerse con bibliotecas enteras, unas veces para comprarlas tal cual, otras como préstamo para hacer copias.

Los grandes buques que llegaban al famoso puerto de Alejandría cargados de mercancías diversas eran inspeccionados por la "policía", no en busca de contrabando sino en busca de posibles libros. Cuando encontraban los rollos, los confiscaban y los llevaban en depósito a la biblioteca. Allí se encargaban los amanuenses de copiarlos y una vez hecha esa labor, eran devueltos (generalmente) a sus dueños. El valor de estas copias era altísimo y muy estimado. La Biblioteca de Alejandría llegó a ser la depositaria de todas las copias del mundo antiguo. Allí fue donde realmente se llevó a cabo por primera vez el arte de la edición crítica.

Se sabe que en la biblioteca se llegaron a depositar el siguiente número de libros:

200.000 volúmenes en la época de Ptolomeo I
400.000 en la época de Ptolomeo II
700.000 en el año 48 adC, con Julio César
900.000 cuando Marco Antonio ofreció 200.000 volúmenes a Cleopatra, traídos de la Biblioteca de Pérgamo
Cada uno de estos volúmenes era un rollo de papiro, un manuscrito con cantidad de temas diferentes. Se sabe que allí estaban depositados 3 volúmenes preciosísimos con el título de Historia del mundo, cuyo autor era un sacerdote babilónico llamado Beroso y que el primer volumen trataba desde la Creación hasta el Diluvio, periodo que según él había durado 432.000 años, es decir, cien veces más que en la cronología que se da en el Antiguo Testamento

La Biblioteca de Alejandría empezó su vida con el reinado de Ptolomeo I (362 adC-283 adC) (otras fuentes dicen que con Ptolomeo II) y la terminó trágicamente en el año 48 adC, durante la guerra entre Roma y Egipto. Se dio una batalla terrible en el mar, entre la flota egipcia y la romana y la consecuencia fue un espantoso incendio en la ciudad que afectó a casi toda el área urbana y por supuesto al gran edificio del Museo donde estaba ubicada la gran biblioteca. Toda la riqueza intelectual, todo el saber acumulado durante siglos desapareció en poco tiempo. Sólo algunos rollos pudieron salvarse y la memoria de muchas de sus obras

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Según la obra de Focio de Constantinopla se transcriben en ella las tragedias del Ciclo Tebano que según él parece copió de originales o copias depositadas en la Biblioteca de Alejandria que habia sido trasladada por los califas omeyas a Damasco, donde el dice las copió, siendo posteriormente trasladada la biblioteca a Bagdad por los califas abbasies donde parece permaneció hasta el año 1258 en que parece fue destruida por los mongoles juntamente con la ciudad.
Esta versión de ser cierta contradeciría la destrucción de la biblioteca en el año 48 d.C. por Julio Cesar, en el 391 d.C. durante el reinado de Teodosio o por orden del califa Omar a mitad del siglo VII de nuestra era.